MARIANO DURAND, UN HOMBRE PARA RECORDAR

Sentido profundamente por el fallecimiento del Doctor Mariano Durand, es casi como un deber rendirle este sencillo homenaje a través de estas palabras que no quiero dejar de pronunciar.

Con el correr de los treinta años de conocerlo, lo consideré un amigo y tuve la alegría de percibir de su parte un afecto que realmente me llenó de orgullo. Siempre amable, rememorando circunstancias de la vida registral en las que tuve la satisfacción de acompañarlo, aún perdura en mí el recuerdo de su hombría de bien, su enorme calidad humana y el respeto permanente en el trato con la gente.

Su fuerte personalidad hacía una conjunción perfecta con su enorme simpatía, y era notorio verlo rodeado de amigos y gente de nuestra actividad que buscaba estar cerca de él, con el aprecio que despertaba donde estuviera.

Todo lo dicho, y mucho más, resulta absolutamente insuficiente para expresar lo que fue Mariano. Y, como si fuera poco, debo resaltar la importancia de su quehacer al frente de la Dirección Nacional fortaleciendo el sistema registral durante su gestión de muchos años, brindando su dedicación y cariño con que acompañó a los muchos registradores que nos formamos durante esos años inolvidables.

Gracias por siempre Doctor Durand ¡Gracias Mariano!