No fui ni lejos alguien cercana al Dr. Durand, pero él sí logró acercarse a mí, allá en el 95, cuando asustada asistía a mi primera reunión en la Dirección Nacional, y si bien mi entrevista no era con él, como gran facilitador que era, tuvo la generosidad de presentarse al cruzarme en un pasillo y desearme luego, mucho éxito en mi gestión.
Tal vez eso hizo la diferencia…, una simple futura encargada «vista» por la autoridad. Nunca olvidé ni olvidaré ese momento. Cada vez que lo veía en algún encuentro de AAERPA, mientras fue director, me hacía sentir protegida como el gran padre del sistema que era.
Quienes no son contemporáneos de su época como director, tal vez no sepan lo mucho que debemos agradecerle. Fue un visionario, inteligente, adelantado a su tiempo, que supo construir un equipo de excelencia donde bien supo liderar, preponderando y priorizando la función del encargado de Registro.
Nos ha dejado un gran legado Dr. Mariano Durand.
¡Hasta siempre querido Director!